lunes, 4 de octubre de 2010

Composición sobre la Pintura Rupestre en el Paleolítico Superior

Como repaso de la Pintura Rupestre del Paleolítico superior, volveré a hablar sobre el "Bisonte" de Altamira, más detalladamente, obra de la Prehistoria, que se encuentra en la escuela Franco-Cantábrica, en las Cuevas de Altamira ( Santander ).

Análisis

En la fotografía, identifico la imagen de un bisonte acurrucado. Está pintada al fresco sobre la pared de una cueva, aprovechando la humedad ya existente.

Sobre los elementos formales se puede comentar que la linea continua de color negro que forma el contorno del animal, fue pintada con carbón, como un primer esbozo. Luego este contorno fue rellenado con pigmento de color aplicado con ayuda de un pincel o mediante la técnica del tamponado. Los colores utilizados dominantemente ocres además del negro son el beige y el rojo. Estos son aplicados en mayor medida en las zonas en las que se quiere dar un mayor volumen. En la imagen se aprecia su carácter naturalista realista, puesto que se notan las cuatro extremidades del animal. Pero no se trata de una escena. Los colores son planos. Hay que destacar en la perspectiva el desinterés por el espacio y la profundidad. Es una composición con una distribución sencilla, ya que solo hay una figura, muy característico de la zona Franco-Cantábrica.
Sobre los elementos no formales, debo destacar que la forma de expresión es bastante naturalista pero poco idealizada. La anatomía del bisonte es bastante correcta y proporcional.


 Comentario

 Como resultado de las características descritas en el apartado anterior, esta obra se puede clasificar como perteneciente al arte Prehistórico, más concretamente al Paleolítico Superior, en la zona de las cuevas franco-cantábricas. Se trata del famoso "Bisonte" de la Cueva de Altamira. Debido a su gran antigüedad se desconoce su autor, aunque se piensa que fue el hombre prehistórico el que lo creó en una especie de rito mágico-religioso, para obtener buena caza. En esta imagen podemos observar como el bisonte está acurrucado y podría deducir que el autor de esta pintura rupestre intentaba conseguir una presa igual a la que pintó, considerando ese dibujo una especie de rito que atraía a las presas.

Comparando esta obra con una de la Pintura de los Abrigos Levantinos del Epipaleolítico, la función de estas pinturas no está muy clara, pero según varias interpretaciones, podría realmente tratarse de los rituales mágico-religiosos antes mencionados. 

A diferencia de la pintura Paleolítica, la pintura Epipaleolítica de la zona Levantina, no tiene linea de contorno, sino que tan solo se trata de manchas de color, bastante mas esquemáticas y simbólicas. Aunque en estas pinturas ya hay rasgos de movimiento de las figuras, pero aún persiste el desinterés por la profundidad y el espacio.

En la pintura Epipaleolítica de la zona Levantina ya se empiezan a representar personas, aún así de forma muy esquemática, mientras que en la pintura Paleolítica de la zona franco-cantábrica eran bastante escasas ya que no se representaban enteros, sino que alguna parte del cuerpo humano se le atribuía al animal, como en la imagen de debajo.

 Por último, quiero añadir la importancia de esta obra, puesto que supone un gran tesoro debido a su antigüedad y conservación a lo largo del tiempo. Nos acerca un poco más al hombre del pasado, ayudándonos a entender su perspectiva de ver el mundo y entender la vida.
 
    





                      Frieda Ratiu 2º C


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